Mucho antes de llegar al running, cuando comenzaste a cuestionar tu sedentarismo, periodo donde el único ejercicio que hacías por esos días era presionar tu pulgar contra los botones del control, “poner la mesa” o alzar la voz cuando necesitabas algo, llegaste un día con una remadora, que la mamá casi te tira por la cabeza. Partiste embalado, todos los días unos 20 minutos a tu regreso del trabajo. Pero el entusiasmo no alcanzó a durar un par de meses y retornar a tu anterior rutina estacionaria. Posteriormente fue una trotadora y luego una bicicleta estática, artefactos que más que ayudarte a iniciar una actividad deportiva, servían como excelentes percheros o criadero de ácaros.
Desde mi perspectiva, el error en no conseguir darle continuidad a estas acciones, residía en que hasta ese entonces no estabas considerando uno de los recursos más poderosos de tu forma de ser, TU INQUIETUD. Todas estas rutinas deportivas se desarrollan en espacios cerrados, por lo tanto, es bastante alta la probabilidad que no varíen, aspecto terrible para alguien revoltoso como tú, donde la novedad, el movimiento y el espacio son elementos trascendentales.
Luego de probar todas estas formas de realizar ejercicio, que evidentemente no prosperaron, un día llegaste y nos contaste que comenzarías a correr… debo confesar que en ese instante me dije “haber cuánto le dura esto”. No reparé que cuando lo enunciaste, estabas decidiendo desde tus recursos. Y, desde la convivencia y experiencias compartidas contigo, fue el inicio de una nueva etapa en tu vida.
Entusiasmado, luego de tus actividades cotidianas, llegabas a la casa contento y comenzabas el ritual de equiparte para salir a recorrer rutas, que permanentemente iban variando. A tu regreso, el cansancio físico por el esfuerzo realizado, pasaba a ser algo secundario a lo radiante y vitalizado que llegabas y también a todas las historias rescatadas de tus periplos por Santiago, Concepción, Viña, Buenos Aires, cerros, etc. que nos contabas a la hora de la cena. Otro de los legados que nos dejó tu permanente derrotero por diferentes trayectos, es tu blog, donde es posible encontrar tu esencia en lo vívido de cada una de las historias plasmadas, donde muchas veces las pude protagonizar, gracias a tu habilidad de captar sutilezas y trasmitirlas de manera notable.
Esa energía se esparció a todos. Mi mamá como tu fan n°1 y partner incondicional en cada nueva travesía. Mis hermanos acompañándote a tus corridas… a pesar de la caña. Antonia, que gracias a ti se empapó por el gozo del deporte y que hasta hoy demanda un compañero con quien salir a correr. Y yo nutriéndome con cada uno de tus relatos (sé que aún no me he hecho cargo de mi sedentarismo y lo que estoy perdiendo, pero estoy ocupándome de apoco).
Muchas gracias papito por todo lo disfrutado junto a ti, por hacernos vibrar permanentemente y por traspasarnos tú entusiasmo, tú ser soñador, tus locuras, tú motivación y visión optimista de la vida como el legado a cultivar en nosotros mismos y a esparcir en quienes nos rodean.
Te amo más allá de cualquier frontera.
Maxi
23/09/10











Por cierto que conocida es su generosidad y esta no fue la excepción de manera que todos fuimos invitados a ver su recorrido. Quedamos por cierto horrorisados, espantados, asombrados,pasmados, maravillados,asustados, embobados a su paso, al punto que no resistimos volver a nuestros hogares y quisimos estar en las plazas, calles, cerros, en fin en cualquier lugar esperando ver si volvía.
Muchos son los que decidieron seguir su frenético andar, ellos por cierto ya no están con nosotros... pagaron con su vida esta, su ultima carrera.

Puedo decir con orgullo y placer que fui compañero Harold en mi paso por las aulas del post grado en la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibañez, tal vez el ni me recuerde pero ya en aquellos tiempos se mostraba como la persona franca y afable que es... en fin al tema.




Este sábado como les comentaba y según el mismo cronometro 
imagino que ello no debe tener parangón, de otra manera no podría entender el esfuerzo que hacen algunos de mis pares que estando muy bien de SW, el HW se resiste en ponerse apunto… no obstante allí están trabajando con la esperanza - por cierto compartida - de poder largar el 11 de abril y devorar ese pavimento santiaguino que nos dejara un sabor especial cuando crucemos la meta . 

En el año 1535 por el mes de abril se publicaba un libro en la madre patria que entre sus líneas iniciales señalaba algo como






