viernes, 27 de junio de 2008

CORRER – CORRER Y NO PARAR JAMAS

Ayer Salí a correr por la gran urbe,, tenia presupuestado hacer un trote más largo que lo habitual, quería y necesitaba hacer unos 15-16 K, empecé a prepararme mentalmente para a eso de las 20:00 horas salir a cumplir mi meta . Hacía mucho frió, lo que se veía algo incrementado porque estoy a” medio morir cantando” esto es con resfrió que está allía punto de declararse.
Llegue a mi hogar y empecé el sagrado ritual del vestuario, ritual porque me disculparan pero no es llegar y ponerse el equipo … primero porque no es equipo, es una tenida de trote , así entonces lo primero es seleccionar la camiseta, el polar, ver mis guantes, un cuellos térmico, el pantalón a usar , mi nuevo personal estereo y verificar si todos esta “ limpio y olorcito” ojala sin olor a detergente ya que ello te puede pasar la cuenta al momento de empezar a transpirar, esto y el vestirse es como el ritual de un torero que esta pronto a salir al ruedo.

Ya vestido, procedo a vendar uno de mis pies que manifiesta un dolor que no ha cesado desde abril y que se ha convertido en mi compañía permanente, a veces más intenso u otras imperceptible, sin embargo tú sabes con certeza absoluta que está allí y que podrá aparecer en cualquier momento.
Llega el momento de salir ya no existen vítores y algarabías en la puerta de mi casa al momento de salir ( ¡tu puedes! estamos contigo, cuídate, llevas el celular, el carnet, te hidrataste adecuadamente, te iré a dar una vuelta en el auto, etc. etc.), solo un ¡cierra la puerta que hace mucho frió y cuídate!… y así en la lejanía escucho... “!no vuelvas muy tarde!”.

Bien señalan que somos animales de costumbre y por cierto que en mi familia ya se acostumbraron ver salir a este animal 4 a 5 veces por semana a las 20:00 horas a trotar… cosa que todavía les cuesta comprender, más aún ahora en invierno con los fríos y las noches más largas (por cierto, salí el 21 de junio, solsticio de invierno, en homenaje a aquellos hombres sabios que le daban un sentido profundo al evento y que hoy importan un carajo)

Hice algunos ejercicios de elongación y a correr ¿brrr que hace frió! este se cuela por allí, donde no cerré bien el térmico, en el km 2, fuera cuello térmico, y el pie avisa, al llegar al km 4 el pie grita ¡¡ para h…n!! ya no da para más …. Esto es como cuando se te pincha un neumático… paro, me tiro a la berma del camino, fuera zapatillas, calcetín, y examino cual medico… la gente pasa y me mira, nunca falta un alma caritativa que te dice ¿le paso algo, lo puedo ayudar? ¿Lo llevo a la clínica? … todo a una prudente distancia, ¿siempre me he preguntado si es por desconfianza o por los humores? que ciertamente no son del agrado de nadie salvo de quien los genera. Ya mas repuesto debo tomar la decisión de cómo deshacer lo hecho, estoy en el km4 o 5 y debo hacer los mismos hasta mi casa… decido regresar corriendo, soportando el dolor, pero el deseo de conseguir un poco mas de endorfinas en más fuerte que la razón, bien me señalaba una lectora hace algún tiempo que está en una de las drogas más adictivas.
Llegue a mi casa con el pie hecho bolsa, por cierto si haber corrido mis 15K y con un dolor que hoy me tiene cojeando, sé que no es nada óseo, así lo demuestran las radiografías, por tanto lo más probable es que sea una inflamación de algún músculo, me iré a dique seco algunos días, con antiinflamatorios para retomar nuevamente mi ritmo, probablemente la próxima semana.
Mi tenida de carrera, mi música, mis deseos, mis ansiedades, mis temores, mis pasiones y todo lo que llevo cuando enfrento un camino con mis zapatillas, tendrán que esperar; esta vez espero cuidarme, aunque ello conspire con este deseo casi compulsivo de correr, correr y correr de día, de noche, a media mañana, de madrugada, a cualquier hora y no parar, no parar jamás. NO PARES JAMAS, CORRE HASTA QUEDAR EXTENUADO

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